Análisis del LG V10

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Durante este mes de noviembre, hemos tenido la oportunidad de probar el LG V10 mientras esperamos la llegada a nuestras oficinas del LG G5. Se trata de un dispositivo «tope de gama» que destaca por integrar una segunda pantalla en la parte frontal del terminal. A continuación, os contamos más sobre este increíble terminal.

Pocos son los fabricantes que no se atreven ya a plantear una alternativa a sus gamas alta en el segmento phablet. Observando las características técnicas de este LG V10 podemos apreciar que, con menos dimensiones y diagonal, podríamos estar ante una gama alta perfectamente viable.

vffDimfffensiones físicas 159.6 x 79.3 mm
8,6 milímetros de grosor
192 gramos
Pantalla IPS de 5.7 pulgadas con una segunda pantalla de 160 x 1040 píxeles
Resolución 2560×1440 (513 ppp)
Procesador Qualcomm Snapdragon 808
RAM 4 GB (LPDDR4)
Almacenamiento 32 GB (ampliable con microSD)
Sistema Operativo Android 5.1.1
Conectividad Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac, Bluetooth 4.1
NanoSIM
NFC
Cámara trasera 16 MP f/1.0
Estabilización óptica, Enfoque por láser, Vídeo 4K, cámara lenta
Cámara delantera 5 megapíxeles con dos lentes f2.2
Batería 3000 mAh con carga rápida
Otros Sensor de huellas
Precio 699 euros (en Mediamarkt)

Material y acabados

LG se ha dado cuenta de que competir en la gama alta requiere de un acabado y uso de materiales de más nivel que lo que hasta ahora nos había ofrecido con sus carcasas de piel. El estreno de mejores materiales en este LG V10 no ha sido solo en apariencia sino que el fabricante coreano le ha dado una utilidad que nos ha convencido completamente.

Dos son los grandes estrenos a nivel de diseño de este LG V10. Empezamos por los bordes, que se han modificado para hacerlos ligeramente curvados y compensar que la parte trasera del nuevo phablet ya no es curva sino completamente plana. Con el gran tamaño que tiene este phablet, luego veremos por qué, me ha sorprendido lo bien que asimila el diseño esa trasera plana que en teoría debería resultar más incómoda en mano. Sin embargo, la ligera curvatura de los laterales compensan muy bien.

Ese marco es ahora de acero, muy bien rematado en la unión con la pantalla y el resto del cuerpo del LG V10. Ahí está una de las claves de la nueva apariencia de la gama alta de LG: el material DuraSkin. Bajo esa denominación nos encontramos una combinación de silicona y acero inoxidable que nos ha encantado como material de construcción de este terminal gracias a la robusta apariencia que le proporciona (de hecho tiene certificación militar de EEUU). Sobre el papel este acabado le da alta resistencia a caídas, roces y golpes, por lo que el resultado debería ser un terminal que resista mucho mejor el paso del tiempo.

Es material también colabora de forma importante en un agarre seguro, algo que me parece imprescindible en un terminal con tanta altura. Ese agarre casi perfecto que hace que el V10 permanezca en todo momento pegado a la mano lo completa la trasera rugosa, resistente también a golpes y que se puede extraer para el intercambio de batería y tarjetas (microSD y nanoSIM)

En mano el LG V10 cae bastante bien. Resulta muy cómodo (siempre que lo manejes con dos manos) pese a que en cifras, este LG V10 se lleva el peso casi a 200 gramos y tiene un grosor de poco más de 8 mm. No son cifras de récord pero sí equilibradas en un cuerpo tan grande. No hay que olvidar que en total estamos hablando de un terminal de casi 6 pulgadas de pantalla y una altura considerable de 16 cm con casi 8 cm de anchura.

Las buenas dimensiones de este LG V10 lo son también en anchura gracias a unos marcos laterales bastante contenidos. No podemos decir lo mismo de la altura, que se dispara debido a la inclusión de esa segunda pantalla de la que hablaremos más adelante.

A nivel de diseño nos queda comentar sobre los botones físicos. Como en los LG G anteriores, la botonera se sitúa en la parte trasera para beneficiar a la proporción de pantalla en el frontal. Aquí se repite la jugada pero con una novedad en forma de sensor de huellas, del que te vamos a hablar más adelante.

Doble pantalla, doble diversión

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¿Es ése el teléfono con dos pantallas? ¿Y dónde está la segundqa? Cuando estás probando un terminal como el LG V10 y te preguntan qué tiene de especial además de ser enorme, hablar de dos pantallas no es muy exacto. LG lo anuncia así pero la tendencia es a buscar esa doble pantalla a lo grande. Por delante y por detrás.

El LG V10 puede ser considerado como un phablet con pantalla de 5,9 pulgadas aunque técnicamente conviene hablar de una principal de 5,7 pulgadas y una banda de píxeles secundaria que sería el equivalente a 0,2-0,3 pulgadas.

La pantalla principal mantiene la tecnología y calidad de los paneles IPS que LG ya ha ido montando en anteriores modelos G. Su resolución QHDle proporciona una densidad por encima de 500 ppp que hace que todo sea increíblemente nítido. Es también un panel luminoso que se deja ver bien en exteriores, no tiene excesivos reflejos, ángulos de visión completos, buena reproducción de color y en el que el brillo automático funciona correctamente. Aquí no hay diferencia de brillo máximo en modo manual o automático.

A la pantalla del LG V10 quizás le falte el contraste y profundidad de color de las AMOLED para resultar contundente, además de que el doble cristal que LG le ha colocado para mejorar la resistencia de la misma hace que pierda una proximidad a la que estamos ya acostumbrados con algunos paneles laminados.

Esa inmensa y nítida pantalla es muy adecuada para consumo multimedia gracias a que los bordes laterales son prácticamente inexistentes y hay buena continuidad de la imagen.

Sin embargo no ocurre lo contrario con los bordes superior e inferior. El más problemático es precisamente el superior, que puede parecer muy corto pero que en realidad ha provocado que la altura de este LG V10 sea considerable. ¿El motivo? Una frivolidad de LG que tras las dudas, nos ha acabado por convencer.

La segunda pantalla de este LG V10 es una banda situada encima de la principal, de unas 0,3 pulgadas de altura y resolución de 160 x 1040 píxeles. Es independiente de la principal y tiene funciones diferentes según esté la principal activado no.

Cuando ambas están encendidas, en esta segunda pantalla disponemos de varias filas que podemos deslizar una detrás de otra y donde nos encontramos de un vistazo algunas funciones o accesos directos muy usados. Por defecto tenemos dos filas de iconos, uno con elementos fijos que podemos colocar o quitar manteniéndolos pulsados, como pasa en el escritorio, y otra fila que se va actualizando con las últimas aplicaciones usadas en orden, contactos favoritos, próximos eventos del calendario o controles multimedia (todas esas opciones se pueden personalizar completamente en la configuración del terminal).

Las opciones disponibles pueden variar dependiendo de en qué zona o aplicaciones del smartphone nos encontremos. Además de la fila con las aplicaciones que hemos usado recientemente, que es una alternativa bastante interesante para manejarse con multitarea, la que más nos ha gustado ha sido la que aparece cuando estamos dentro de la cámara. Entonces, esa segunda pantalla se convierte en un acceso directo a los diferentes modos de disparo de la cámara, siempre accesibles. A poco que LG optimice y piense mejor cómo sacarle provecho, la utilidad de esa pantalla puede multiplicarse fácilmente.

Cuando está el terminal bloqueado, esa segunda pantalla mantiene el protagonismo. En ella podemos tener la hora y fecha permanentemente visibles (también podemos hacer que no aparezca desactivando la opción), así como diferentes notificaciones y accesos directos a puntos clave de la configuración.

Durante nuestra prueba nos ha gustado mucho ver los avisos de llamadas perdidas o mensajes de diferentes servicios con la pantalla bloqueada , pero mucho más lo que nos permite esta zona al deslizar hacia la izquierda. En ese caso, con el terminal bloqueado, podemos cambiar opciones tan interesantes como la elección del perfil de sonido o vibración, activar o no la WiFi, encender la linterna o lanzar la cámara de fotos.

Cuando tenemos esa segunda pantalla activa y estamos completamente a oscuras, se puede apreciar perfectamente la retroiluminación con incluso alguna fuga de luz visible proveniente de la esquina izquierda, lugar que LG no ha usado para alargar esa pantalla de borde a borde lateral, sino que ahí ha colocado la doble cámara frontal.

Si asimilas esa nueva zona en el frontal del LG V10 acabas sacándole partido, aunque me parece que la implementación y encaje en la parte superior, alejada de una zona manejable cuando tenemos el terminal cogido con una sola mano, no acaba de ser redonda. Lo lógico, si LG mantiene esa idea para sus próximos terminales, es que vaya mejorando con las iteraciones como ha ocurrido con el extraño botón trasero que ahora mismo nos parece muy cómodo en grandes teléfonos donde queremos apurar las dimensiones.

La pantalla del LG V10 se puede activar con doble clic sobre la pantalla, algo muy cómodo ahora que este LG no tiene una trasera curvada que provoque un balanceo incómodo. Lo contrario podemos hacer cuando queremos bloquearla, pero asegurándonos de que no hay icono en la zona que vamos a usar. Esta opción nos parece imprescindible en un terminal donde los botones físicos para estas tareas está en la parte inferior. Y algunos somos usuarios intensivos del terminal colocado sobre una mesa.

Otro de esos pequeños trucos que nos dejan algunos fabricantes está la personalización de la barra de botones táctiles de la parte inferior. Ahí es increíblemente cómodo tener la opción de realizar capturas y editarlas directamente, usar la pantalla doble o desplegar el menú de notificaciones y opciones sin deslizar el dedo de la manera clásico. Basta un clic y listo.

Botones traseros y detector de huellas dactilares

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LG no podía dejar más de lado la integración de un lector de huellas dactilares. Los diferentes fabricantes con terminales de gama alta han ido incluyendo sus soluciones justo donde disponen del botón de encendido. Cada sistema tiene sus pros y contras. En el caso de LG, su botón está en la parte trasera, zona lógica para incluir el sensor pues al colocar de forma natural el dedo allí, podremos realizar a la vez la identificación. En teoría.

La implementación de LG no es mala, pero está un escalón por debajo de la de los rivales, que por otro lado le llevan un par de generaciones de ventaja. El botón sigue funcionando de la misma manera, pulsándolo, pero ahora, al mismo tiempo que lo pulsamos, el lector de huellas entra en acción y podemos acceder de forma directa. Es lo mejor del sistema, la no necesidad de dos toques seguidos, sino que une basta uno un poco más largo.

La identificación funciona bastante bien, pero como hemos indicado, no es tan fiable y rápida como la de otros rivales. Lo que sí que tiene que mejorar LG es cómo añadir huellas. El proceso es largo, y cuesta bastante que el indicador de completado del proceso llegue al 100%.

Como pasa con otras soluciones que incluyen el lector de huellas en la trasera o lateral, la comodidad del uso de la huella se pierde cuando tenemos el smartphone sobre la mesa. En ese caso el doble toque en la pantalla del LG V10 nos activa la misma pero deberemos colocar una contraseña alternativa o PIN para identificarnos.

Por cierto, en nuestra prueba hemos apreciado un calentamiento importante del botón con el sensor de huellas cuando estábamos jugando o usando mucho la cámara, por ejemplo en grabación de vídeo.

Rendimiento

Dentro de la gama alta, tanto en phablets como en smartphones de menos diagonal, la segunda elección más repetida en cuanto a procesador es la que encontramos en este LG V10. El Snapdragon 808 combinado con los 4 GB de memoria RAM han demostrado en nuestros test sintéticos y comportamiento diario que no hay que temer por la fluidez del sistema. A estas alturas no podremos apreciar en un uso cotidiano muchas diferencias a este nivel de gama alta.

NEXUS 6P (SNAPDRAGON 810) GALAXY S6 EDGE (EXYNOS 7) HTC ONE M9 (SNAPDRAGON 810) LG V10 (SNAPDRAGON 808)
ANTUTU 61623 63422 56335 67003
GEEKBENCH (SINGLE/MULTI) 1342 / 4778 1442 / 4469 1145 / 3758 1175 / 3595
QUADRANT 23643 36379 31220 24332

En el LG V10 nos encontramos como única opción de memoria la versión con 32 GB. Aunque queramos no podemos optar por más capacidad salvo que aceptemos usar la ranura para tarjetas microSD. Es una alegría que esto se nos permita, pero en todo caso siempre está bien dejar más margen de maniobra al usuario cuando se trata de memoria interna.

Aquí hay que hacer notar que, si abusas de contenido multimedia, fotos y vídeo grabados con la cámara del LG V10, la memoria interna querrás ampliarla con tarjetas debido a que de serie, el V10 ya llega ocupando casi 10 GB de ese espacio de fábrica.

La batería de este LG V10 no impresiona por números si tenemos en cuenta que estamos ante un phablet que además no ajusta ni grosor ni peso. 3000 mAh se quedan cortos sobre el papel para un equipo con semejante pantalla(s) y pretensiones. Lo peor es que esto malos augurios los hemos comprobado en el uso diario con el LG V10 durante nuestro análisis, algo que comparten también otras reviews de referencia.

Con un uso intenso del terminal, incluyendo la pantalla secundaria siempre activa, el LG V10 no nos ha permitido nunca superar el día de uso con tranquilidad. Con unas 3-3,5 horas de pantalla, el V10 se arrastra para conseguir no dejarnos tirado antes de acabar el día. Siempre dependerá del uso que le des a terminales de este tipo, pero en el mundo phablet, menos de un día no es admisible ya.

Del lado de la batería, al menos dos buenas noticias. La primera es que es un modelo en el que podemos retirar la batería y sustituirla por una ya cargada. Si eres usuario intensivo y el fabricante, como es el caso, te facilita hacerte con una de repuesto, es una funcionalidad práctica y que ya es difícil de encontrar en esta gama.

La segunda buena noticia sobre la batería del LG V10 tiene que ver con su carga rápida, una de las más eficaces que hemos visto en Xataka. Sus 3.000 mAh se pueden cargar en poco más de 60 minutos, eso sí, siempre que uses el cargador rápido incluido en la caja. Ni se te ocurra probar con otros de terceros porque, como nos ha pasado a nosotros, el tiempo se triplica para conseguir el ansiado 100% en la pantalla.

Pese a ser un modelo actual, el LG V10 ha llegado al mercado europeo con Android 5.1, la misma versión con la que saltó en mercados como EE.UU. hace unos meses, justo tras su presentación. En estos pequeños detalles es donde, con tanta igualdad entre terminales, uno se juega el futuro.

El V10 de LG dispone de una de las capas sobre Android que todavía se interna bastante para personalizar Android de fábrica sin que apreciemos realmente que lo mejora. En algunos elementos como el explorador acierta pero en general no nos gusta que haya tanta personalización en las opciones, por ejemplo, ni aplicaciones por defecto duplicadas cuando las de Android ya funcionan más que bien. Y qué decir de la cortina de notificaciones, eterna y que no saca partido por su tamaño por defecto a toda la pantalla que tiene disponible.

De los detalles que nos deja el Android de LG destacaría la personalización sencilla de la barra inferior, donde podemos incluir hasta cinco controles. Dos de ellos nos han resultado bastante útiles. Son el acceso a la pantalla dividida para tener dos aplicaciones (las que son compatibles, no cualquiera) y el botón que nos expande y retira la ventana de notificaciones y configuración. Con él podemos conseguir realizar vistazos a esa parte incluso usando una sola mano, algo imposible de hacer sin esa ayuda en un terminal tan alto.

Otra opción que nos permite este LG con Android 5.1 personalizado para manejar el equipo de forma solvente con una sola mano es minimizar el escritorio. Para hacerlo es tan sencillo como deslizar hacia la izquierda por encima de los botones inferiores de control. A partir de ahí no hay una «dimensión» fija de la reducción, sino que podemos hacer esa miniatura de toda la pantalla más grande o pequeña (hay dos tamaños disponibles), así como desplazarla en cualquier dirección libremente.

La cámara del LG V10

La misma cámara del LG G4. Con este interesante punto de partida, el LG V10 partía con una importante ventaja a la hora de mostrar su credenciales fotográficas. Y efectivamente ha satisfecho las expectativas puestas en ella.

La cámara principal del LG V10 combina un sensor de 16 megapíxeles, lente f1.8, enfoque láser y estabilización óptica. Esa mezcla ofrece unos resultados muy buenos en modo automático en la mayoría de las situaciones. Con la cámara del LG V10 podemos conseguir imágenes con mucho detalle, exposición correcta, buena reproducción del color y todo ello con una velocidad endiablada tanto en enfoque como en disparo y recuperación.

[FOTOS]

Esa velocidad es prácticamente la misma aunque optemos por el modo de disparo jpg+RAW, que se mantiene como opción directa en la interfaz de la cámara.

Los resultados más mejorables con la cámara del G V10 en escenas con luz los hemos encontrado en situaciones de cielos muy luminosos donde había que afinar mucho con la zona de exposición para compensar. En estos casos, el modo HDR no nos ha resultado tan eficaz como en otros terminales, pero siempre nos quedaba la opción de aceptar el magnífico reto que supone pasarse a los controles manuales.

[FOTO HDR]

Y aquí el LG V10, como en el caso del G4, da lo mejor de sí. La interfaz nos parece acertada, quizás echamos de menos más modos predefinidos, pero en general con el automático conseguiremos siempre las mejores fotos. Con ayuda de la pantalla secundaria podemos tener los modos de disparo principales siempre al alcance y cambiar entre ellos en décimas de segundos, sin toques extra ni menús de por medio. Y esos modos son todos los que podemos esperar en la cámara de un smartphone con las más altas aspiraciones.

Disponemos de opciones para hacer fotos solo tocando la pantalla, sin complicaciones. Justo al lado está el modo automático, el más recomendable para la mayoría de usuarios, y que ya nos deja algunas opciones de control como activar o no el HDR, cambiar la proporción de las imágenes que queremos tomar (no la resolución máxima), activar el temporizador o el control por voz del disparo.

El siguiente modo es el sueño de quien se toma su tiempo con la cámara de un smartphone. Ahí están todas las opciones de control manual, bien pensadas, colocadas y útiles. Podemos manejar sensibilidad, enfoque, compensar la exposición, balance de blancos, velocidad de obturación y mucho más, incluyendo la toma de RAW. En esa interfaz hay información de esos modos, incluso histograma.

Cuando la luz escasea lógicamente la calidad de imagen se ve resentida, pero en general nos ha gustado cómo supera el LG V10 las pruebas, sin excesivo ruido introducido ni tampoco pérdida considerable de detallepor tratar precisamente de evitar el ruido en las tomas nocturnas. Tan solo hay que llevar cuidado con los focos intensos de luz pues complican el trabajo del exposímetro y nos desequilibra la escena.

En nuestra prueba hemos comprobado que es mejor tender a subexponer porque tras el procesado, el LG V10 recupera muy bien las zonas oscuras aunque no las apreciemos muy bien en tiempo real cuando estamos apuntando y disparando.

Como ya apreciamos con el LG G4, la estabilización óptica se nota mucho en las escenas nocturnas, bastante bien de nitidez gracias también al apoyo de la luminosidad f1.8, que cuando hay luz aporta su función consiguiendo la separación del fondo en primeros planos, especialmente de retratos.

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